El Bando del entierro de la huerta
Lo más desolador de todo no es la destrucción, que es irreversible y dolorosísima; la peor parte es que a la población se la trae al pairo, hay una parsimonia y una ceguera de las gentes de esta Región y, particularmente, de Murcia, ante estos dislates y abusos al territorio que pareciera que no tienen sangre, sino limonada.