En 2022, apareció una zona de agua blanca lechosa turbia en la parte central occidental de la laguna del Mar Menor que afecta a cerca del 10% de su superficie. Desde entonces, esta pluma turbia ha permanecido prácticamente inalterada. Únicamente durante o después de episodios de fuertes vientos y precipitaciones, y la consiguiente gran confluencia de agua dulce, su contorno pierde forma, parece diluirse, pero poco días después vuelve a sus condiciones anteriores.
Ahora, un estudio multidisciplinar de cuatro centros científicos del CSIC en el que han participado más de un centenar de investigadores concluye que la mancha blanca turbia y opaca del Mar Menor es una zona de precipitados de carbonato cálcico que relacionan con la descarga continua y subterránea del acuífero que impide crecimiento de la vegetación en una superficie de 13,5 kilómetros cuadrados.
El acuífero, rebosante debido a las lluvias de los últimos años y a la recarga continua por parte del regadío, no solo está contaminado por más de 300.000 toneladas de nitratos agrícolas, también presenta altos niveles de carbonatos que acaban en la laguna aumentando el pH (acidez del agua) y poniendo en riesgo la supervivencia de todo organismo marino. El pH neutro para la vida es pH7, pero desde la primera crisis eutrófica en 2016 (sopa verde) no ha dejado de aumentar en el Mar Menor hasta situarse en 8.5.
El incremento del regadío en la cuenca vertiente del Mar Menor dese los años 80 ha supuesto una mayor lixiviación de solutos en el suelo, y la zona no saturada, hacia el acuífero. Más aún, la adición de estiércoles y las altas productividades de algunos cultivos ha supuesto un aumento del CO2 disuelto en el agua percolante aumentando su capacidad de disolver carbonato cálcico. «Desde 1980, la concentración de bicarbonato ha crecido 2.29 mg L-1 año-1 y la de calcio 1.70 mg L-1 año-1»
«Resulta difícil explicar el largo episodio de whiting (mancha blanca) que se observa en el Mar Menor, pero una serie de datos de distintas fuentes parecen apuntar hacia la descarga de agua subterránea incrementada durante la fase húmeda del ciclo climático (incremento más persistente en el frente costero de la mancha) como principal desencadenante del evento. El whiting no sería un nuevo síndrome del Mar Menor, sino otro síntoma del síndrome general de la profunda alteración del régimen hidrológico e hidrogeológico de la cuenca vertiente, que no influiría sólo en la persistencia de la mancha sino también en incrementar la probabilidad de que un evento de whiting ocurra. Este proceso general no excluye en absoluto otros factores potenciales contribuyentes: desarrollo de la comunidad fitoplanctónica, colapso de la vegetación bentónica y facilidad para la resuspensión de sedimentos, aportes discontinuos de nutrientes» subrayan los científicos.
«El lecho marino está expuesto a la presencia de partículas de carbonato cálcico en el agua y a su sedimentación en el fondo. Los sedimentos finos afectan a las praderas marinas, no sólo por la reducción de la luz, sino también por el enterramiento de las plantas. Estos factores han provocado la ausencia total de praderas marinas bajo la zona afectada, un componente crucial del ecosistema marino que depende de la fotosíntesis» concluye el estudio.
Los científicos también advierten de que «aunque desaparezca la mancha, los sedimentos acumulados en el fondo permanecerán, lo que significa que el sustrato seguirá sufriendo tensiones, dificultando el retorno de las praderas marinas. Si la mancha se ampliara, la continua falta de luz solar supondría una grave amenaza. El crecimiento de esta zona, limitando la fotosíntesis, generaría menor producción primaria, lo que favorecería la aparición de condiciones anóxicas. No obstante, la profundización de la fase seca del ciclo climático, así como el descenso de los niveles piezométricos, pueden llevar aparejada una atenuación, reducción e incluso desaparición de la mancha blanca».
La mancha blanca amenaza la laguna porque las condiciones que facilitan su aparición pueden persistir en el largo plazo. De ahí que los científicos reclamen, una vez más, la gestión integral del Mar Menor y su cuenca vertiente de la que carece la laguna ocho años después de la sopa verde y cuatro años después de la aprobación de la Ley del Mar Menor.
Incumplimientos de López Miras
El Gobierno regional que preside López Miras aún no ha aprobado el Programa de la Zona Vulnerable a la contaminación por Nitratos del Campo de Cartagena pese a que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha condenado al Reino de España por el incumplimiento del Gobierno regional al no adoptar medidas adicionales o reforzadas para frenar la contaminación por nitratos.
El Gobierno regional tampoco ha aprobado el Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente que debía haber entrado en vigor en verano de 2023, una herramienta esencial que debe ordenar las actividades que están impactando en la cuenca vertiente de la laguna cuya capacidad de carga está ampliamente sobrepasada.
El MITECO estalla
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, cansada de la deslealtad del Gobierno murciano y de las salidas de tono del presidente López Miras, ha emplazado al presidente murciano a que confirme su compromiso con la laguna o, por el contrario, diga si «prescinde» del apoyo del Gobierno de España que está ejecutando inversiones millonarias en el laguna en el Marco de Actuaciones Prioritarias dotado con 675 millones de euros.
¿Cuánto ha durado la nueva etapa de entendimiento que López Miras y la ministra Ribera sellaron en el Palacio de San Esteban el pasado 17 de enero? ¿Cuánto ha tardado el presidente del Gobierno murciano en despotricar contra el ministerio a quien atribuye «afán por castigar a la Región de Murcia»?
El Mar Menor carece de Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente, carece de Programa de Actuación contra los Nitratos como obliga la Ley del Mar Menor de 2020 y la directiva europea. Sigue sin Comité de Asesoramiento Científico y, por supuesto, no hay Consejo del Mar Menor que dé voz a la sociedad civil. Son graves incumplimientos del Gobierno murciano que en mayo de 2023, cuando el IEO advirtió por primera vez de la aparición de la mancha blanca en el Mar Menor arremetió contra los científicos a los que acusó de causar una alarma injustificada. «Esa zona está siempre así porque es la desembocadura del Albujón y hay más turbidez y nitratos» declaró el entonces director general del Mar Menor, Víctor Serrano.