Igual la lamentable e irresponsable gestión autonómica de la DANA en Valencia nos enseña de una vez por todas lo importante que es acudir a las urnas con cabeza, no con las tripas, para que necios e incompetentes no lleguen a puestos políticos con poder de decisión.
Igual la lamentable e irresponsable gestión autonómica de la terrible riada en Valencia nos enseña que votar, que acudir cada cuatro años a la urnas, es un acto de responsabilidad ciudadana que va más allá de una simple preferencia o simpatía. Implica un análisis profundo y consciente sobre quiénes son los candidatos mejor preparados para gestionar los asuntos públicos que afectan directamente a nuestras vidas: la educación, la sanidad, la economía, los servicios sociales y las infraestructuras de nuestra comunidad. Votar «con cabeza», en lugar de dejarse llevar por emociones o impulsos, es fundamental para evitar caer en promesas vacías o en campañas que apelan al miedo o al resentimiento.
La elección de líderes mediocres, que no tienen un verdadero compromiso con el servicio público o que no cuentan con la experiencia y visión necesarias, puede resultar, lo estamos viendo, en una gestión ineficiente y en políticas que, lejos de solucionar problemas, los agravan.
Los valencianos acaban de descubrir en primera persona, con toda su crudeza, las consecuencias de votar a mediocres que con mentiras se aferran al cargo. ¿Va a dimitir Mazón? ¿Y a dónde iría el pobre diablo tras un reguero de muertes? Mazón calcula que basta con aguantar el tiempo suficiente para que el tiempo empiece a desdibujar recuerdos, apuesta a que durante la campaña electoral de 2027 bastará con zarandear nuevamente el espantajo de ETA, Puigdemont, Cataluña…¿no arrasó con mayoría absoluta Díaz Ayuso tras la muerte cruel en residencias de más de 7.291 ancianos durante la Covid? ¿Acaso no gana elecciones López Miras en la Región de Murcia tras el desastre ambiental del Mar Menor?
En la Región de Murcia sabemos bien de las consecuencias de elegir a mediocres resentidos sin visión a largo plazo: pobreza, desigualdad, miles de niños en barracones, comedores escolares con alimentos caducados y comida escasa, tasas galopantes de abandono escolar, becas para libros que no se pagan, colegios sin transporte, listas de espera sanitarias interminables, ayudas a la movilidad eléctrica que nunca llegan, los peores servicios sociales de España, decenas de muertes en lista de espera de la dependencia, universidades públicas exhaustas por falta de recursos económicos, contaminación ambiental en aumento…La lista es interminable y, pese a ello, los mediocres ganan elección tras elección y lideran las encuestas en la Región de Murcia eludiendo responsabilidades políticas, culpando hasta de la lluvia al Gobierno de Pedro Sánchez, esparciendo fango, desinformando y hablando de ETA, Cataluña o Venezuela.
Puede que ya lo hayan olvidado, pero en 2019, en plena DANA en la Región de Murcia, el entonces director general de emergencias, Pablo Ruiz Palacios, se fue al teatro. Y el ahora senador del PP, antes consejero de Fomento, José Ramón Díez de Revenga, se ha pasado meses criticado abiertamente en redes sociales y medios de comunicación los mapas de zonas inundables del organismo de cuenca porque limitan la construcción. Lo primero que hizo el presidente López Miras, tras la primera gran mortandad de peces en el Mar Menor, fue pedir la intervención del Estado, reconociendo así tu total incapacidad.
La elección de líderes mediocres tiene consecuencias profundas y duraderas. 30 años de gobiernos del Partido Popular en la Región de Murcia son la prueba inapelable. La reciente y trágica gestión de la DANA en Valencia, las terribles mortandades de peces en el Mar Menor en 2019 y 2021 o la muerte de 13 jóvenes en dos discotecas sin licencia de Murcia capital nos han recordado de manera descarnada lo que está en juego cuando optamos por candidatos incompetentes y oportunistas. Recuerden que hasta hace muy poco al frente de emergencias de la Región de Murcia había un exjugador de baloncesto con las luces justas para alumbrar a un metro de distancia y compromiso cero con la verdad y la ética.
En la Región de Murcia, el legado de la mediocridad política se observa en los altos índices de pobreza, en una educación debilitada, en la sanidad saturada, y en un sistema de servicios sociales que deja a los más vulnerables sin la protección que necesitan. Es la terrible realidad de una tierra en la que siempre se eluden responsabilidades, se recurre al victimismo y se desvían las miradas hacia temas ajenos y populistas, mientras los problemas reales de la ciudadanía quedan desatendidos y no dejan de crecer y crecer. La Región de Murcia, tras la terrible DANA de 2019, sigue sin plan regional contra inundaciones mientras su presidente sigue tocando la lira cual cigarra. Su manifiesta irresponsabilidad para no molestar a poderosos intereses económicos, puede costar vidas. Murcia es una de la regiones de España más expuestas a lluvias torrenciales y destructivas.
Votar es un acto de responsabilidad ciudadana que no debe basarse en emociones efímeras ni en estrategias de distracción, sino en la búsqueda de líderes con integridad, conocimiento y compromiso. ¿Son acaso los senadores Antonio Luengo, Francisco Bernabé o José Ramón Díez de Revenga líderes políticos íntegros? ¿Creen, de verdad, que es eficiente la gestión política de López Miras? Al final, la elección de buenos líderes puede ser la diferencia entre un gobierno que responde con eficacia ante las crisis y otro que las agrava, y que, en lugar de resolver, continúa generando frustración y desigualdad.
La ciudadanía tiene el poder de exigir un cambio a través del voto. Cada elección es una oportunidad para construir una sociedad más justa, con instituciones fuertes y servicios dignos. Si algo nos enseñan estos episodios de negligencia es que el futuro está en nuestras manos, y que, para evitar que los mismos errores se repitan, es necesario votar con la cabeza y con un firme sentido de responsabilidad.