Nadie está preparado para algo así, pero ocurrió. Fue el lunes 15 de enero de 2024, a las dos y doce minutos de la tarde. A esa precisa hora, en Murcia, miles de niñas y niños salían de los colegios respirando con entusiasmo el humo del tráfico denso y contaminante que expulsaban los coches de sus padres y madres en los ‘autoking’ escolares, así como los jirones de partículas cancerígenas excretados al aire por las inefables quemas agrícolas (que los dioses y la autoridad nos las conserven muchos años, que da gozo verlas como fumarolas elevándose al cielo murciano). A la hora antedicha, mucha gente se disponía a volver a casa por la pausa del mediodía o ya se encontraba en el trayecto.
Los caparras, desde sus vehículos de gama alta parados ante semáforos en rojo, protestaban porque “los carriles bus van vacíos”, mientras los autobuses cargaban muchas personas cada mucho tiempo porque el transporte público de nuestro municipio es un señor mojón pinchado en un palo. Los establecimientos de comidas para llevar despachaban sin pausa sus viandas, y en tiendas y comercios varios, los carteles de ‘cerrado’ volvían su cara alegremente hacia las calles rebosantes de hollín y jolgorio. En ese instante, mientras los astros proseguían con sus bailes gravitacionales en la vastedad del universo conocido y en lo inabarcable del universo ignoto, en la Tierra, en nuestra ciudad, en algún despacho y quizá a través de un teléfono móvil, un asesor del equipo de adornos florales y acervos varios del alcalde de Murcia lanzaba al mundo un tuit con el siguiente mensaje:
“La fachada de la Catedral es el reflejo del carácter lírico, sensible y barroco de las gentes de Murcia”.
Los robustos cimientos diseñados por Sebastián Feringán para el imafronte murciano sintieron una perturbación. Los pilotes de madera se resquebrajaron y las piedras labradas pacientemente bajo el diseño de Jaime Bort temblaron agitadas por tamaña frase de carácter chichinabesco. Lo peor estaba por llegar.
Apenas tres horas después, la cuenta del Ayuntamiento de Murcia en tuiter, que es básicamente la cuenta del PP, publicaba que “Los alcaldes de la Región de Murcia conocen ‘Los Secretos de la Fachada’ de la Catedral de Murcia”, y compartía una nota de prensa que vino a ser una réplica de mayor intensidad que el seísmo que le había precedido. En mi doble condición de historiador del arte y de periodista, dicha nota suponía un torpedo en mi línea de flotación, y por eso os comentaré tres de sus párrafos. El primero:
“Los alcaldes de los municipios han conocido en profundidad los secretos escondidos del programa iconográfico más importante de España elaborado por el prestigioso arquitecto valenciano Jaime Bort, cuyas obras, que comenzaron en agosto, tienen una duración de 12 meses aproximadamente”.
Este fragmento es acojonante en fondo y forma: primero, porque parece que las obras de las que habla se corresponden con las de la construcción del propio imafronte y que el mismo Jaime Bort está por aquí supervisándolas. Pero, además, lo de “secretos escondidos” y lo del “programa iconográfico más importante de España…”, ¿programa iconográfico más importante de España? ¿Eso qué pijo significa? Y una vez sepamos lo que significa, ¿quién ha tenido el cuajo de dictaminar algo así, con qué criterios, a qué fuentes se remite?
A continuación, la nota reproducía las palabras del alcalde más barroco del orbe:
“Hoy es un día histórico para todas las alcaldesas y alcaldes que han visitado esta obra que se levantó hace aproximadamente 300 años y, por primera vez, en esos 300 años, de manera histórica, se está actuando de manera integral (…). El imafronte de la Catedral no es solamente una obra, porque esto no es una restauración cualquiera. Esta es una actuación sobre la idiosincrasia y la esencia profunda de Murcia y los murcianos».
Desconozco si se pueden decir más chorradas y peor dichas, pero ya sabemos que todo es histórico, y además, histórico. Y todo es idiosincrasia. Y Murcia es su epicentro, el más epicentro de España.
Último párrafo que vemos aquí:
“La fachada de la Catedral de Murcia, es joya del barroco internacional de excepcional belleza, y única en su género. Se construyó gracias a la ayuda del Cardenal Belluga (…). Los dos temas principales de la fachada son la Exaltación de la Virgen María – a quien está consagrado el templo- y la Glorificación de la Iglesia”.
Menudo despiporre, quizá el más gordo de España: ¿“barroco internacional”? ¿Qué es eso? Lo de “excepcional belleza”, en una nota de prensa de una institución pública, ya sería de chiste, pero al lado del resto de barbaridades es lo único salvable, porque lo de “única en su género”… ¿Pero a qué género se refiere? ¿Y cómo que única? Lo de la ayuda del Cardenal Belluga necesitaría un asterisco gordo, pero lo de “los dos temas principales de la fachada son la “Exaltación de la Virgen María”, con mayúscula, y “la Glorificación de la Iglesia”, también con mayúscula…
Me resulta incomprensible que el ayuntamiento de una ciudad como Murcia produzca notas de prensa así, que no pasarían una evaluación benevolente en cualquier facultad de periodismo de una universidad medianamente seria. Menos aún en una clase de Historia del Arte. Pero este es el nivel: se degrada la política del mismo modo que el lenguaje. La cosica que están dando es única en su género.