El filósofo ambiental, Juan Manuel Zaragoza, sostiene que «solo se va a encontrar una solución duradera a los conflictos ecosociales alrededor del Mar Menor si contamos con la participación activa de la ciudadanía. Con todos los sectores implicados: desde residentes hasta agricultores”.
Y eso es lo que está intentando el Ministerio de Transición Ecológica sabiendo de la resistencia mental al cambio de modelo tras años de salvaje libertad alentada y patrocinada por el PP. Implicar al sector agrícola del Campo de Cartagena en la necesaria transición agroecológica que debe acometer si queremos, de verdad, recuperar y proteger el Mar Menor. En eso consiste la política, en lograr acuerdos desde puntos de vista dispares.
Sin la implicación y el compromiso de regantes y agricultores es misión imposible. Y lo sabe perfectamente el diputado de Podemos por Murcia en el Congreso, Javier Sánchez Serna, pero necesita que le hagan caso tras convertirse en un diputado tránsfuga de un partido en franca decadencia.
Sánchez Serna ha puesto el grito en el cielo porque la patronal hortofrutícola PROEXPORT y la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena figuran entre los beneficiarios de las ayudas que convocó el Ministerio de Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad para promover el restablecimiento del equilibrio natural de la zona de forma compatible con la sostenibilidad de la actividad agraria.
16,2 millones de euros en ayudas para 11 proyectos seleccionados que abordarán cuestiones como la implementación de buenas prácticas agrarias que supongan una mejora en el manejo del suelo, el agua y la reducción de los contaminantes, incluyendo el fomento de la agricultura ecológica, regenerativa o la agroecología.
El diputado de la formación morada habla de escándalo obviando que las citadas organizaciones representan a miles de agricultores. Por cierto, también son beneficiarias de las ayudas europeas de la PAC sin que conste protesta alguna por parte Sánchez Serna. Tampoco protesta el diputado cuando el Ministerio de Transición Ecológica autoriza el envío de agua desde el Tajo con la que riegan asociados a PROEXPORT y comuneros de la CC del Campo de Cartagena.
Y no consta que PODEMOS presentase alegaciones cuando la convocatoria de ayudas de la Fundación Biodiversidad salió a información pública en el BOE. Y podría haber impugnado las bases y expresado sus reservas. Podría haber pedido lo que pide ahora, que todas las ayudas para transformar el modelo agrícola vayan a los científicos y a los colectivos sociales que defienden el Mar Menor, pero nada tienen que ver con el sector agrícola. En 2021, PODEMOS formaba parte del Gobierno de España, se sentaba en la mesa del Consejo de Ministros.
La patronal hortofrutícola PROEXPORT participará en un proyecto denominado «Practicas agrarias innovadoras para contribuir a la mejora ambiental y de la biodiversidad en el entorno del Mar Menor» junto a la Universidad Politécnica de Cartagena dotado con 1,9 millones de euros. Y la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena recibirá 1,7 millones para acometer un proyecto denominado «Renaturalización de balsas de riego en el entorno del Mar Menor».
El pago de la ayuda tanto PROEXPORT como la CC del Campo de Cartagena, como al resto de beneficiarios, «se realizará previa justificación por la entidad beneficiaria de la realización de la actividad por al que se concedió la ayuda. Para ello, finalizada la ejecución, la entidad beneficiaria deberá presentar la documentación técnica y económica acreditativa de la realización de la actividad objeto de la ayuda» según las bases oficiales».
Sánchez Serna, que va a pedir la comparecencia de la ministra, Teresa Ribera, aún no ha explicado cómo plantea PODEMOS transformar el modelo agrícola del Campo de Cartagena sin la implicación de los agricultores y de las organizaciones que los representan.
No basta con denunciar los vertidos y señalar a los responsables, hay que proponer soluciones ante una situación tan compleja como la del Mar Menor o acabaremos pensando que estamos ante los últimos coletazos de un partido condenado a la desaparición, que solo piensa ya en las elecciones europeas de junio y en hacer eurodiputada a Irene Montero.
Acabaremos pensando que lo que persigue Sánchez Serna con su denuncia es una tregua con los miles de votantes disidentes de PODEMOS.
