Los análisis realizados por la Confederación Hidrográfica del Segura certifican que las masas de agua
subterráneas de Caravaca y del Alto Quipar también están contaminadas por nitratos como consecuencia de la intensificación de la agricultura y la ganadería en el Noroeste. Sin embargo, la CARM sigue sin aprobar los Programas de Actuación para Zonas Vulnerables pese a que disponía de un plazo de dos años desde 2019.
Desde 2015, se observa una agudización de las transformaciones de secano a regadío intensivo y de regadío tradicional a intensivo. Lo mismo sucede con la ganadería, hasta el punto de que han desaparecido tramos del Río Quípar. «Prácticamente no circula agua porque la han captado los cultivos intensivos» denuncia Alfonso Sánchez del Consejo para la Defensa del Noroeste «ante la inacción de las administraciones».
Las concentraciones medias anuales registradas superan el valor de determinación de aguas afectadas (37,5 mg/L), establecido por el RD 47/2022, de 18 de enero, sobre protección de las aguas contra la contaminación difusa producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias. Aunque en el punto de control Fuente Heredamiento de Pinilla las concentraciones de nitratos alcanzan los 110mg/litro.
Dada la situación y conforme al art. 6.1 del RD 47/2022, se considera necesario desarrollar Programas de actuación que. permitan la reducción de la concentración de nitratos en la masa de agua subterránea Caravaca.
En noviembre de 2022, el Consejo para la Defensa del Noroeste presentó un escrito ante la Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente, del que no han tenido respuesta, informando y advirtiendo de que en el Río Quípar, a su paso por el Estrecho de la Encarnación, han detectado 110mg/litro de nitratos, valor que se acerca a las mediciones que arroja la rambla del Albujón.
Dada la grave situación ambiental, pidieron a la Consejería de Agricultura:
- Declarar sobreexplotado el acuífero de Sima y por extensión la Masa de agua de Caravaca, deteniendo y reduciendo las transformaciones a cultivos intensivos, y las consecuencias de la ganadería intensiva, en favor de un plan de ordenación de las extracciones de aguas subterráneas, la reducción de la aplicación por hectárea de fertilizantes nitrogenados, del número de ciclos anuales la rotación de cultivos…
- Someter a un plan de estudio, con adopción de medidas específicas, ante la incidencia de estos elevados niveles de nitratos y otros contaminantes, los Ríos Quípar y Argos, y sus cuencas vertientes, ante el posible riesgo de eutrofización de ambos cauces y riberas.
- Detener e invertir la tendencia al deterioro progresivo, con la aprobación y aplicación de los correspondientes Programas de Actuación para las nuevas Zonas Vulnerables a la contaminación por nitratos, entre otras, Caravaca, Bullas y Bajo Quípar.
La CARM sigue sin aprobar los Programas de Actuación
Debemos recordar que por Orden 23 de diciembre de 2019 (BORM de 27-12-2019), de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, las masas de agua de Caravaca, Bajo Quípar y Bullas fueron declaradas como Zonas Vulnerables a la contaminación por nitratos, pero la Comunidad Autónoma aún no ha aprobado los Programas de Actuación que marca la Ley.
La Comunidad Autónoma disponía de un plazo de dos años para aprobar los citados programas desde la publicación de la orden en 2019. Sin embargo, nada se sabe. «En el Consejo para la Defensa del Noroeste solo conocemos un BORRADOR» dicen.
Por tal motivo, el citado consejo acaba de remitir otro escrito a la Consejería de Agricultura en el que pide la aprobación urgente de los referidos Programas de Actuación para las nuevas Zonas Vulnerables, ampliar la zona vulnerable del Alto Quípar y ampliar los puntos y la frecuencia de control de la contaminación de las masas de agua subterráneas en sus aspectos físico-químicos y ecológicos.
Solo la Confederación Hidrográfica del Segura ha respondido a los escritos del Consejo para la Defensa del Noroeste ratificando la necesidad de los Programas de Actuación en Zonas Vulnerables ante la contaminación creciente de las aguas subterráneas y superficiales por nitratos.