La diputada de Podemos, María Marín, aprovechó el último minuto de su intervención en el Pleno de presupuestos de la Comunidad Autónoma para rendir homenaje a los miles de niños asesinados en Gaza por el ejército de Israel y para protestar contra la guerra y la barbarie.
Marín simuló que sostenía en brazos el cadáver de un niño de la franja de Gaza, víctima del genocidio que Isarel está cometiendo en Palestina.
Se trataba de un paquete envuelto en un sudario blanco, coronado por una estola con los colores de la bandera palestina que ha llevado hasta la tribuna de oradores el también diputado de Podemos, Víctor Egío. Poco antes, Marín había recordado que el régimen sionista de Benjamín Netanyahu ha asesinado ya a más de 21.000 palestinos, uno de cada cien habitantes de la franja, de las que 8.000 son niñas.
Tras concluir su intervención la diputada de Podemos, el vicepresidente primero de la Asamblea Regional, Miguel Ángel Miralles (PP) dijo «¡Qué vergúenza!». En el mismo sentido se manifestó el portavoz del grupo parlamentario VOX, Rubén Martínez Alpañez. «Qué vergüenza, qué vergüenza, sí. Yo creo que todo tiene un límite. Están respaldando ustedes a asesinos».
Y en la rueda de prensa posterior al Pleno, Martínez Alpañez exigió la dimisión de la diputada de Podemos «porque esto no es hacer política. Ha sobrepasado todos los límites: los límites de la educación, de la vergüenza, del rigor parlamentario. Creemos que esto no puede repetirse en la Asamblea Regional ni en ninguna otra institución de la Región de Murcia».
Marín y el diputado Víctor Egío tuvieron que explicar que se trata de uno de los iconos más emblemáticos en las protestas contra el genocidio de Gaza que se están llevando a cabo en varios países: un paquete envuelto en un sudario blanco, simulando el cadáver de un niño, coronado por una estola con los colores de la bandera palestina.
La diputada de Podemos ha lamentado que PP, VOX y PSOE hayan tumbado una enmienda de su grupo que proponía que la partida de 92.928 euros que el Gobierno regional dedicará a ayudas a tauromaquia, “un negocio cruel un negocio cruel que no se mantendría sin subvenciones”, se destinase a aumentar las partidas destinadas a la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria.
Un cementerio de niños
El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró recientemente en Nueva York que «la pesadilla de Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad” y que la Franja «se está convirtiendo en un cementerio de niños, con cientos de niños y niñas muertos o heridos cada día».